1.Miel:
Desde 1999 La Casa de La Miel ha estado apoyando a los apicultores de la isla con un producto sabroso y muy beneficioso para la biodiversidad de la Isla.
En el archipiélago canario existe una especie de abeja autóctona, esto es una señal de la importancia de la apicultura en Tenerife. Aunque la Abeja Negra Canaria habita en las islas desde hace más de 2.000 años en 1799 José de Viera y Clavijo reflejó, en su Diccionario de Historia Natural, la importancia de la producción de miel en Tenerife y el prestigio de la miel de retama, mientras que los censos de colmenas del siglo XIX llegaron a registrar 2746 colmenas en el año 1802.
Hoy día las mieles de Tenerife ganan premios por su sabor especial y color.
2.Vino: destacan dos vinos en Tenerife, tinto y blanco.
Antes de que el plátano de Canarias se convirtiera en el gran embajador de las islas, la carta de presentación de Tenerife ante el mundo eran los vinos. Desde 1496, cuando los conquistadores españoles llegaron a la isla con viñas para plantar, la isla ha cultivado un vino que ha estado presente en momentos históricos como el brindis de Benjamin Franklin para la firma de la Declaración de la Independencia de los EEUU y tienen mención en textos de Shakespeare, Walter Scott o Lord Byron además de ser parte de la ruta de los buques, cargando con exportaciones para llevar a todo el mundo.
Pese a ser un territorio relativamente pequeño, debido a la geología de la isla hay una gran variedad de uvas: marmajuelo y malvasía en blancos y el listán negro y negramoll en tintos entre otros.
3.Queso canario:
Una de las sorpresas que Tenerife guarda son los quesos. Procedente sobre todo de cabra y oveja, los quesos producidos en Tenerife se consumen generalmente frescos u oreados (combinando leche de vaca, cabra y oveja). Son quesos tiernos que se usan como ingrediente principal o acompañante de platos típicos, como pucheros o escaldones.
4.Artesanías típicas de Tenerife:
Incluyen el Calado y la Roseta, donde se “dibuja” en los tejidos, teniéndola en tensión, deshilando y se utiliza para mantelería y otras decoraciones. Además de la la cestería, que también requiere de mucha dedicación y en donde se utilizan hojas de palma y varas de castaño, para hacer cestas, lámparas y alfombrillas.
Maximilianas, que son cerámicas que se usan en bisutería. Rosetas, que se utilizan para posaplatos y como sombrillas para proteger del sol, cuencos hechos de raíces de plantas del Teide y cerámicas decoradas son algunos de los recuerdos que les puedes llevar a tus queridos.
Por último los puros y las plantas de aloe son dos cultivos muy especializados para la isla ya que necesitan condiciones de humedad y seco respectivamente. Los puros originaron desde Cuba y en 1723 se le dio licencia para cultivar tabaco en la isla ya que miles de Tinerfeños dejaron la isla para ir a Cuba en busca de trabajo. Con este intercambio, en Tenerife se crearon los “chinchales”, especializados en puros que cuando la navegación a vela decayó a favor del vapor y las Islas Canarias ya no eran parte de la ruta, se abrieron canales para continuar este singular comercio.
Las pequeñas fábricas canarias, alcanzaron tal nivel de calidad que han colocado al puro artesanal canario entre los más apreciados por los mejores conocedores del mundo.
El Aloe Vera de Tenerife se cultiva en unas condiciones excepcionales que no se repiten en otros lugares: sustratos volcánicos del Teide que aportan nutrientes extraodinarios, altitudes de 200 metros sobre el nivel del mar, fuertes vientos del Atlático cargados con sales oceánicas que soplan contínuamente sobre las plantas madre estimulándolas, muchísima exposición de sol combinan con temperaturas que permmiten que las plantas de aloe crezcan, siendo consideradas como las mejores que se cultivan en el mundo.